sábado, 7 de mayo de 2011

LA ÚLTIMA PARTERA




JOSEFA MONTOYA BERNABÉ (LA SERENA), LA ÚLTIMA PARTERA
El diccionario de la lengua española nos dice sobre la palabra partera: “Mujer que, sin tener estudios o titulación, ayuda o asiste a la parturienta”.
Posiblemente el de partera sea uno de los trabajos más antiguos realizados por las mujeres. A lo largo de la historia se ha mantenido sin muchas variaciones, hasta que a finales del siglo XX, al menos en nuestra comarca, desapareció definitivamente debido a la construcción de nuevos hospitales. Rápidamente se aceptó que la atención hospitalaria en el momento de parir ofrece muchas ventajas para la madre y su bebé.
Este artículo quiere ser un merecido homenaje a todas las parteras murcianas, aunque les voy a hablar de la última partera de Cabezo de Torres. Josefa Montoya Bernabé, más conocida por la Serena la Partera, nació en Cabezo de Torres el 10 de septiembre de 1928. Es viuda de D. José Gil Zomeño y tiene dos hijos: Juan José y Victoria.
En 1954 José que realizaba labores agrícolas no siempre podía trabajar, tenían un hijo y la situación era difícil. Así que un buen día, Josefa le confió a su marido su intención de ser partera, como lo habían sido su abuela Antonia (ya fallecida) y su tía Teresa (enferma). En aquel año había en el pueblo otra partera, la tía Carmen la Pertiguera.
Josefa era una mujer decidida y tuvo la suerte de tener un marido también valiente, pues en aquellos años no estaba muy bien visto que una mujer tan joven, 26 años, fuese y viniese a deshoras en compañía de un hombre o un mozo recadero.
Con el apoyo de su marido, Josefa fue extendiendo la voz entre sus conocidos y de acuerdo con la comadrona de la zona empezó a “arreglar la cartilla” de las embarazadas. Un buen día, una vecina se puso de parto y Josefa sin haber recibido preparación alguna acudió y haciendo lo que buenamente pudo llevó aquel primer parto que atendió a un final feliz. A partir de entonces el boca a oreja le hizo ganar a Josefa la confianza de mucha gente extendiéndose rápidamente un merecido prestigio.
A la casa de Josefa acudían para avisarle, lo mismo en plena siesta del mes de agosto como en mitad de una noche tormentosa, y andando, en bicicleta y algunas veces en motocicleta, Josefa recorría caminos, veredas y sendas de la huerta de Cabezo de Torres y de los pueblos limítrofes, siempre con su cartera de piel en donde llevaba un delantal blanco, unas pinzas, unas tijeras, algunas compresas y un par de medicamentos, junto con los famosos polvos Azor.
Los honorarios de Josefa variaban según la voluntad y posibilidades de las familias que atendía. Por lo general recibía de la comadrona 5 duros por cada cartilla que había tramitado. A la nueva madre le entregaban un pequeño paquete que contenía: Una botella de alcohol, algodón, varias compresas y el torzal para el ombligo del recién nacido, además de 14 duros, de los que 5 eran para Josefa en pago de sus servicios.
Tras el parto, Josefa acudía a casa de la parturienta tres días seguidos para curar el ombligo del recién nacido y ver la evolución de la madre. Luego volvía en días alternativos hasta que se secaba la tripa del ombligo.
A veces Josefa tenía que atender dos partos, e incluso tres a la misma vez. Cuando se presentaba algún caso difícil, la partera requería los servicios del practicante local, Pepe “el de Joaquín” (José Rubio Gomariz). En los últimos años en que Josefa ejerció su labor recibió el apoyo del médico Pepito el Pardo (José Rabadán Muñoz) fundador de la Clínica Nuestra Señora de Belén, quien le ofreció a Josefa la oportunidad de continuar con su labor en el citado centro. La partera, muy agradecida, declinó la invitación.
Cuando ve pasar a uno de los cientos de niños que ha traído al mundo Josefa dice: “a ese también lo he vestido yo”. En dos ocasiones atendió La Serena a mi madre, Concepción Antón Nicolás, y Josefa vistió a mis hermanos Vicente y Salvador.


Artículo publicado el sábado día 7 de mayo de 2011 en el diario La Opinión, pag. 10. En la sección "El lugarico".


Juan Vivancos Antón
CRONISTA OFICIAL DE CABEZO DE TORRES

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